Primeras flores de colores
Rosales perfumando el aire cristalino
Inundados los campos de muchos insectos están
Mariposas de todos colores vuelan por todos los rincones
Almendros floreciendo, gente riendo
Vistosos paisajes
Entre flores e insectos el ambiente de polen se colma
Ramas de los árboles reverdeciendo
Amapolas entre los trigales verdes
POESÍA SOBRE LA PRIMAVERA:
Primorosas y de bellas flores están las
riveras de los campos al
iniciar la estación.
Maravillosa que es la Primavera
alegres cantos de los pájaros que
vuelan por el campo,
embellecen la naturaleza
rodeados de mariposas
anuncian la llegada de la Primavera.
CUENTO SOBRE LA PRIMAVERA:
EL ANTÍDOTO
Hace ya muchos años, no importa cuantos exactamente, en un pueblecito de Jaén, con un casco antiguo precioso, con unos vecinos muy simpáticos. Allí vivía una niña llamada Clara, a ella le gustaban muchos las fiestas, por ejemplo: la Navidad, Semana Santa...
Una de las estaciones del año que más le gustaba era la primavera. Todos los años, el 21 de marzo, iba al bosque a ver como algunas de las flores ya estaban floreciendo, siempre iba a un prado de por allí cerca, en el que había muchas flores y un gran cerezo. Cuando iba allí se sentaba a su sombra a ver fotos de cuando era pequeña y estaba con su fallecida, madre hace ya cinco años...
Cuando veía las fotos, siempre se le escapaban pequeñas lágrimas que al caer de su suave cara, goteaban fuertemente en el álbum de fotos.
Ella iba más a menudo en primavera, que era cuando estaba el almendro florecido y más bonito.
Un día, ya a la mitad de la primavera, Clara fue a dibujar aquel bonito paisaje y se dio cuenta, de que al almendro se les estaban cayendo sus finas y delicadas hojas, pero Clara no le dio importancia.
Pasaron varios días y la pequeña niña fue de nuevo a aquel fascinante prado, cuando se dio cuenta de que al almendro se le habían caído todos los pétalos, y todas las flores que había a su alrededor se habían marchitado.
La niña sospechó mucho sobre lo ocurrido, y decidió acercarse más..., al tocar el grueso árbol oyó una voz dulce como la miel...
Cuando la voz se acabó, lo que la voz le había dicho a la niña era que tenía que dejar a su familia y amigos, e ir en busca de una poción mágica que fabricaba una vieja anciana que vivía en la localidad de Quesada, casi ya en las montañas.
Cuando emprendió el viaje, e iba recorriendo todas las praderas que había alrededor de su pueblo, se dio cuenta de que las flores que había, también estaban marchitadas...
Pasaron muchos días, y la niña por fin había llegado a su destino, le contó a la anciana, llamada Margarita, todo lo sucedido, encantada, la anciana le dio el famoso antídoto curador, pero las dos no estaban muy seguras de si iba a funcionar...
La niña, muy triste, porque no había flores ni árboles florecidos en el campo, llegó a la ancha pradera donde ella descansaba o dibujaba, sin muchas esperanzas, le echó el antídoto al árbol y se fue para su casa...
Al día siguiente fue, y vio que todo el campo volvía a estar recubierto por flores, el cerezo estaba florecido de nuevo. Había pasado todo como por arte de magia. La niña estaba muy contenta, y de nuevo volvió a escuchar esa dulce voz, y oyó como le decía que estaba muy orgullosa de ella.
Le dijo que se había convertido en una gran heroína, por salvar a la primavera!!
Y ella muy feliz volvió a su casa de nuevo, y le había contado todo los sucedido a su padre y abuelos.
Y ya, otros años en la primavera no volvió a suceder lo mismo, fueron primaveras normales y corrientes y cada año había flores más bonitas...