Título: La Tierra se examina
Autor: José Antonio del Cañizo
Resumen: La Organización de Galaxias Unidas celebra una asamblea general, en esa asamblea se debatirá la admisión del planeta Tierra. La delegada de la Tierra habló de la cultura, del arte, de la ciencia, de la música...
Luego el presidente de la asamblea ordenó que pasaran a las pruebas a favor y en contra, también dijo que el señor delegado de Marte ha sido designado Reventador Oficial.
El marciano fulminó con la mirada a la representante del planeta vecino y comenzó el duelo.
Ella fue sacando de su maleta las pruebas a favor y el repelente marciano fue sacando rápidamente otras en contra. Sacaron muchas cosas, por ejemplo ella ofreció unas vistas de los bellísimos templos griegos y él las enfrentó con una ciudad cubierta por la contaminación...
Cada prueba que aportaban era mostrada a todos en una producción gigantesca y en relieve que surgía en el centro del inmenso hemiciclo. Los de legados que había en la sala contemplaban, hablaban despacio...
También ella hizo sonar la Pequeña serenata nocturna, de Mozart y la sala se llenó de murmullo de aprobación.
El marciano, sin darse por vencido, aportó un documental de chabolas, ratas y basuras.
Aquello fue agotador, la tensión subía y subía, a ambos se les acabaron las pruebas y un rumor creciente de discusiones hacía hervir la sala.
Todos los delegados coincidían en que nunca había resultado tan reñido el examen de admisión de un nuevo planeta y discutían acaloradamente. El presiden dio la orden de votar. Todos pulsaron sus botones. En un gran tablero electrónico se iban sumando los votos y... ¡Habían empatado!
El presidente exigió un prueba más. Hay que lograr el desempate.
La pobre delegada se mordía los labios. No tenía nada más para mostrarles.
Su hijo interrumpió en el hemiciclo, persiguiendo a un conejillo blanco que corría hacia el estrado.
El niño, al lanzarse al suelo para atrapar a su amigo, fue a caer en medio del hemiciclo. Se puso en pie, abrazando a Toni. Y su imagen agigantada inundó la escena, a la vista de los miles de delegados de todos los planetas. La sala se llenó de exclamaciones de sorpresa. Miles de ojos se salieron de sus órbitas.
El niño bailoteaba con su amigo, hablándole y jugueteando con sus orejas.
La Tierra fue admitida por miles de votos con uno: el marciano. La delegada lanzó un grito de alegría, pero el niño ni se enteró. Los representantes de todos los planetas habitados aplaudieron a la Tierra. Mientras, el niño perseguía a su amigo y reí alegremente.
Opinión: Me ha gustado mucho porque todos los delegados de los planetas del Sistema Solar se reúnen para ver que planeta será admitido y porque la Tierra gana gracias al amor de un madre.
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