Título: Odisea en el hielo
Autor: Anónimo
Resumen: Shackleton un inglés, paseaba por la cubierta de su barco el Endunrance, él estaba atravesando la Antártida hasta que un día bajaron las temperaturas y el barco se quedó en medio del hielo, y no podían salir, se bajaron y cogieron todas sus provisiones, pero era imposible avanzar sobre el hielo, pero al final se volvieron a montar en el barco, para que las aguas los fueran acercando al oeste, donde estaba la tierra firme a la que pretendían llegar.
Los hombres improvisaron ingeniosamente el campamento sobre el bloque helado en el que iban a vivir. A pesar del frío y la incertidumbre, intentaron no caer en la desesperación: jugaban a las cartas, cantaban y hasta celebraban los cumpleaños. De este sobrevivieron algunos meses, hasta que el hielo empezó a resquebrajarse y fue peligroso continuar allí. Entonces, Shackleton mandó ocupar los botes que habían sacado del barco y hacerse a la mar de nuevo, para intentar llegar a tierra. La travesía fue infernal: los botes eran diminutos cascarones ente las olas. Los miembros de la expedición, helados de frío, vigilaban preocupados a las voraces ballenas que los seguían. Por fin, tras una semana, Shackleton y sus hombres divisaron la costa de una isla y desembarcaron presos de la euforia. ¡Por fin estaban en tierra! Mientras sus hombres besaban el suelo o estallaban de carcajadas nerviosas, Shackleton sabía que la odisea no había terminado. No podrían resistir mucho tiempo en aquella isla incómoda y desagradable para vivir. Era preciso alcanzar otra pequeña isla, en la que, según sus datos, había una estación ballenera. Allí recibirían ayuda. Shackleton decidió intentarlo con cinco de sus hombres. Días más tardes, los elegidos emprendieron un viaje que pasaría a la historia de la navegación por su dureza. Pero, tras ser zarandeados por un mar furioso y resistir temperaturas extremas y noches sin descanso, alcanzaron su objetivo. Cuando los héroes desembarcaron, aún estaban a treinta km de la estación ballenera. Todavía tuvieron que ascender elevadas cumbres de hielo y deslizarse por empinadas pendientes, sin poder dormir durante casi tres días. Por fin, al amanecer, llegaron al lugar donde vivían los escasos moradores de aquella isla. ¡Shackleton y los suyos estaban salvados! Es fácil imaginar lo que vino luego: el desconcierto de los balleneros al ver a aquellos hombres agotados y su sorpresa al escuchar el increíble relato. Inmediatamente, desde la isla se envió un barco para rescatar al resto de la expedición, que pudo regresar sana y salva. Y, aunque Shackleton y sus hombres no consiguieron el propósito de atravesar la Antártida de lado a lado, todavía hoy el recuerdo de aquella aventura permanece vivo como una increíble muestra de la resistencia humana.
Opinión: Para mi está muy chula, es muy interesante, la aventura que vivieron era impresionante, aunque no cruzaran la Antártida de lado a lado y también me gustó que Shackleton y sus hombres fueran tan valientes.
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